Tuesday, November 27, 2007
Hay polémica por las limitaciones a las papeleras argentinas
El Gobierno pide cambios porque hasta Botnia cumpliría las exigencias en debate.
Por: Marcelo Helfgot
Romina Picolotti montó en cólera cuando se enteró del proyecto que establece nuevas reglas para la fabricación de papel, aprobado el martes por unanimidad en un plenario de las comisiones de Recursos Naturales y de Industria. La secretaria de Medio Ambiente se comunicó de inmediato con el diputado Miguel Bonasso, a cargo de la primera de esas comisiones. Le advirtió que las condiciones que el texto impone a las empresas, para que no contaminen, son idénticas a las que asegura cumplir la finlandesa Botnia en su planta de Fray Bentos, eje del conflicto ambiental entre la Argentina y Uruguay."Tienen que ser más duros con las exigencias o le estaríamos dando la razón a Botnia", dicen que recomendó la funcionaria. Bonasso se lo transmitió a su colega de Industria, el también kirchnerista Dante Dovena. Y acordaron modificar el dictamen durante el debate de la ley, que podría ser pasado mañana.La aplicación de presupuestos mínimos para las fábricas nacionales de pasta de celulosa y de papel es una deuda pendiente desde que el Gobierno convirtió en cuestión de Estado el pleito por las pasteras que se levantan al otro lado del Río Uruguay. "Mientras reclamamos ante el Tribunal de La Haya, muchas de las 60 plantas de papel que tenemos en el país contaminan", coincidieron varios de los diputados que votaron el despacho. No es casual que la autora del proyecto usado como base, Blanca Osuna, sea entrerriana y responda al gobernador Jorge Busti, promotor de las protestas de los ambientalistas de Gualeguaychú. Con todo, se dejó de lado un texto más estricto que formuló la arista rebelde Martha Maffei.A Picolotti le parecen insuficientes las normas para determinar las "mejores técnicas disponibles" a las que serán obligadas las empresas del rubro en territorio argentino para proteger el ambiente. Entre ellas, figuran la eliminación del cloro en el proceso de blanqueo y la implementación de medidas para minimizar los ruidos, la emisión de gases y la de efluentes líquidos.Todas las fábricas deberán atravesar un estudio de impacto ambiental. Y las que ya funcionan tendrán hasta 6 años para cumplir con un plan de reconversión.
http://www.clarin.com/diario/2007/11/26/elpais/p-1549398.htm
Por: Marcelo Helfgot
Romina Picolotti montó en cólera cuando se enteró del proyecto que establece nuevas reglas para la fabricación de papel, aprobado el martes por unanimidad en un plenario de las comisiones de Recursos Naturales y de Industria. La secretaria de Medio Ambiente se comunicó de inmediato con el diputado Miguel Bonasso, a cargo de la primera de esas comisiones. Le advirtió que las condiciones que el texto impone a las empresas, para que no contaminen, son idénticas a las que asegura cumplir la finlandesa Botnia en su planta de Fray Bentos, eje del conflicto ambiental entre la Argentina y Uruguay."Tienen que ser más duros con las exigencias o le estaríamos dando la razón a Botnia", dicen que recomendó la funcionaria. Bonasso se lo transmitió a su colega de Industria, el también kirchnerista Dante Dovena. Y acordaron modificar el dictamen durante el debate de la ley, que podría ser pasado mañana.La aplicación de presupuestos mínimos para las fábricas nacionales de pasta de celulosa y de papel es una deuda pendiente desde que el Gobierno convirtió en cuestión de Estado el pleito por las pasteras que se levantan al otro lado del Río Uruguay. "Mientras reclamamos ante el Tribunal de La Haya, muchas de las 60 plantas de papel que tenemos en el país contaminan", coincidieron varios de los diputados que votaron el despacho. No es casual que la autora del proyecto usado como base, Blanca Osuna, sea entrerriana y responda al gobernador Jorge Busti, promotor de las protestas de los ambientalistas de Gualeguaychú. Con todo, se dejó de lado un texto más estricto que formuló la arista rebelde Martha Maffei.A Picolotti le parecen insuficientes las normas para determinar las "mejores técnicas disponibles" a las que serán obligadas las empresas del rubro en territorio argentino para proteger el ambiente. Entre ellas, figuran la eliminación del cloro en el proceso de blanqueo y la implementación de medidas para minimizar los ruidos, la emisión de gases y la de efluentes líquidos.Todas las fábricas deberán atravesar un estudio de impacto ambiental. Y las que ya funcionan tendrán hasta 6 años para cumplir con un plan de reconversión.
http://www.clarin.com/diario/2007/11/26/elpais/p-1549398.htm